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El reciente hundimiento del buque “Morning Midas” en el océano Pacífico ha vuelto a encender las alarmas sobre los riesgos del transporte marítimo moderno, particularmente en lo relacionado con la carga de vehículos eléctricos. Más allá del impacto económico, el evento revela una amenaza creciente para la salud de nuestros ecosistemas marinos: la posibilidad de derrames químicos y de hidrocarburos en aguas abiertas.

El caso Morning Midas: miles de vehículos en el fondo del mar

El 23 de junio de 2025, el buque Ro-Ro “Morning Midas”, operado por Zodiac Maritime, se hundió en aguas internacionales al sur de Alaska, luego de incendiarse y quedar a la deriva durante semanas. Transportaba más de 3.000 vehículos, entre ellos cerca de 70 eléctricos y más de 680 híbridos.

El incendio, posiblemente relacionado con las baterías de litio de estos vehículos, plantea un escenario preocupante: los riesgos de fuego incontrolable en altamar, y la contaminación persistente derivada del hundimiento de cargamentos contaminantes.

Contaminación marina y los peligros ocultos de los naufragios

Cada naufragio con carga industrial representa una potencial amenaza para la calidad del agua. En el caso del “Morning Midas”, el riesgo no se limita al derrame de combustibles del buque, sino que incluye los fluidos presentes en miles de automóviles, así como materiales tóxicos y metales pesados asociados a baterías de iones de litio.

La creciente frecuencia de estos incidentes demuestra que, aunque se avanza en tecnologías limpias en tierra, su traslado por vía marítima puede tener efectos altamente contaminantes si no se manejan con las medidas de seguridad adecuadas.

¿Qué implicancias tiene esto para Chile?

Chile cuenta con más de 4.000 kilómetros de costa y una intensa actividad portuaria. Muchas de las rutas que cruzan el Pacífico transportan este tipo de mercancías hacia o desde puertos chilenos. Si un incidente como el del “Morning Midas” ocurriera cerca de nuestras costas, la posibilidad de daño ecológico sería significativa, afectando áreas naturales protegidas, zonas pesqueras y comunidades costeras.

Es por ello que resulta urgente fortalecer la capacidad nacional de respuesta ante emergencias marítimas y contar con productos especializados para la contención de derrames en el mar.

Absorbentes oleofílicos: una herramienta clave para proteger el mar

Ante un derrame de hidrocarburos u otros contaminantes líquidos en el océano, los absorbentes oleofílicos representan una solución efectiva. Se trata de materiales diseñados para absorber aceites y combustibles sin retener agua, lo que los hace ideales para operar en ambientes marítimos.

Entre sus usos más comunes se encuentran:

  • Barreras flotantes que contienen la expansión de un derrame.

  • Paños, mantas o rollos que absorben aceites sobre la superficie del mar.

  • Kits portátiles de respuesta rápida para embarcaciones y puertos.

Contar con estos elementos en zonas estratégicas, junto a personal capacitado, puede marcar la diferencia entre una emergencia contenida y un desastre ambiental de gran escala.

El desafío normativo y tecnológico

Mientras organismos como la OMI y asociaciones del sector trabajan en actualizar las normativas de seguridad para el transporte de vehículos eléctricos por mar, muchas de estas recomendaciones aún no son obligatorias, y gran parte de la flota mundial no está equipada para enfrentar un incendio de baterías de litio.

Este desfase normativo también alcanza a muchos puertos, que no cuentan con los equipos ni el entrenamiento necesario para manejar este tipo de emergencias.

Prepararse hoy para proteger el océano mañana

El hundimiento del “Morning Midas” debe servir como advertencia global. Las tecnologías limpias, como los autos eléctricos, también requieren una cadena de transporte segura y sostenible. Si no se toman medidas en cada eslabón logístico, los beneficios ambientales de estas tecnologías pueden verse gravemente comprometidos por incidentes de alto impacto.

Chile, como nación oceánica, tiene una oportunidad única de liderar la implementación de protocolos y soluciones para responder a este tipo de eventos. Apostar por tecnologías de contención como los absorbentes de hidrocarburos no es solo una inversión técnica, sino una responsabilidad ambiental.

Proteger el mar comienza con estar preparados.